Innovación en Nuevo León y el mundo

Newsletter de Innovación Quinta Edición

Experiencias con empresas japonesas

Hernán González Farías | México



Cuando entré a Cydsa, el 1º de septiembre de 1995, me encontré con la novedad de que un consejero japonés había escrito que Cydsa no estaba aprovechando las oportunidades que ofrecían las Trading Companies de Japón y este asunto se convirtió en mi primera tarea, aunque mi área era la Mercadotecnia Corporativa. Inmediatamente le escribí al consejero japonés presentándome y pidiéndole consejos de por dónde empezar.


Al estilo japonés, me escribió dándome los datos de los presidentes de las compañías más importantes, cinco en total, con teléfonos y nombres de las asistentes. Empecé por la primera, la compañía Marubeni, y me comuniqué telefónicamente con el presidente, un señor Uenoyama, cuyo nombre nunca olvidaré. Al tomar el teléfono me preguntó que cuándo podía ir a sus oficinas, cosa que acordamos para el día siguiente.

Entrando a la sala de consejo donde fue la reunión, el Sr. Uenoyama, visiblemente molesto, empezó a decirme que Cydsa les había causado grandes pérdidas por incumplimiento en la compra de productos. Por espacio de 45 minutos, se quejó amargamente del mal servicio que recibieron y me entregó una lista de 95 quejas descritas en detalle. Quedamos en que nos volveríamos a reunir otra vez en dos meses, una vez que haya revisado las quejas.


Se corrió la voz de que Cydsa ya arreglaba los problemas de quejas y todas las empresas japonesas se acercaron a proponer negocios a Cydsa. A su vez, el Embajador de Japón solicitó por el conducto del consejero japonés que convenciera al Presidente de Cydsa a convertirse en el Presidente del Comité Empresarial México Japón del CEMAI (ahora Comce), con lo que empezamos una aventura de ocho años que culminó con el Acuerdo de Cooperación Económica entre Japón y México.

En ese proceso, aprendí cosas maravillosas de la cultura japonesa, mismas que desearía las emuláramos en México: la importancia del orden y la limpieza, la cultura del honor y del trabajo en equipo, el tener en cuenta cómo lo que uno hace o deja de hacer afecta a los demás, entre muchas otras cosas positivas.